Estados Unidos y el Reino Unido han alcanzado un acuerdo comercial histórico que marca el primer avance concreto en la desescalada de la guerra arancelaria impulsada por Donald Trump. En una fase inicial, Londres eliminará aranceles a productos estadounidenses en sectores clave como el químico y el agrícola, mientras ambos países se comprometen a simplificar los trámites fronterizos para facilitar el comercio bilateral.
El expresidente Trump, impulsor de la nueva estrategia comercial estadounidense anunciada en abril, destacó este pacto como «una gran capa de seguridad económica», en referencia a la reducción de barreras y la creación de un procedimiento aduanero prioritario. El acuerdo se firmó coincidiendo simbólicamente con el 80º aniversario del Día de la Victoria en Europa (VE Day), lo que el primer ministro británico, Keir Starmer, celebró como «un homenaje al espíritu de cooperación histórica».
Este es el primer pacto cerrado desde que EE.UU. reactivó su política arancelaria global, con tarifas que llegaron a superar el 50% en algunos casos. Si bien la mayoría de estos aranceles fueron suspendidos temporalmente por su impacto negativo en los mercados, la moratoria expira en julio, y Washington busca cerrar acuerdos bilaterales con las principales economías afectadas.
El acuerdo con el Reino Unido no solo es estratégico por ser su primer cierre oficial, sino porque Estados Unidos es el principal socio comercial individual de Londres. En 2024, el intercambio entre ambos países superó los 148.000 millones de dólares, con un superávit estadounidense de casi 12.000 millones.
Este anuncio se produce en un contexto de crecientes tensiones globales y negociaciones paralelas, como las que EE.UU. prevé con China, Japón y la Unión Europea. Bruselas, por su parte, ya advirtió de represalias si no se alcanza un entendimiento antes de que finalice el plazo.
Con este pacto, Washington y Londres dan un paso clave hacia una nueva etapa de colaboración comercial tras años de tensiones, y sientan un precedente para futuros acuerdos con otras potencias económicas.